Cuatro días de lujo, cuatro jornadas repletas de reencuentros con viejos amigos, de anécdotas, de cante y baile, de alegrías... pero también de recordar y echar de menos a los que se marcharon. Y nuestra madrecita de la Salud como siempre vigilante, cobijándonos desde arriba con su manto para que todo saliera a pedir de boca. Fiestas entrañables que podéis ver en estas fotos. Picad sobre la imagen y poneros cómodos, porque eran muchas y encima Emilio me ha dado más.
martes, 2 de octubre de 2012
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