Un vecino de esta pedanía, cuya identidad no se nos ha
permitido revelar, ha presentado una demanda
judicial a la actual Hermandad por su demora en la entrega de un borrego, con
el que resultó agraciado en la rifa benéfica que tuvo lugar nada menos que en
1972.
“He tenido paciencia durante muchos años y no voy a esperar
ni un día más. Quiero mi premio con sus correspondientes intereses” – ha
manifestado el denunciante a este medio.
El fiscal ha estimado que, transcurridos 42 años, los
intereses derivados de la deuda deberían saldarse con 23 borregos más.
Por su parte, la Hermandad argumenta en su defensa que el vecino
no llegó a pagar nunca las 5 pesetas que costaba la papeleta.
A todo esto se suma la guasa del depositario, Leonardo
Rivera, quien dice no saber por qué camino tiró el borrego, pero que muy gordo
no iba la última vez que lo vio.
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