“Al
principio pensé que se trataba de una seta no comestible. No me lo podía creer,
no cabía en el canasto. Hacía tiempo que no me ponía tan nervioso…”
Daba
gusto oír cómo iba dando los detalles, hasta que a alguien se le ocurrió
preguntarle por el sitio donde se lo encontró… A partir de ahí, no abrió la
boca en toda la tarde.
En
cualquier caso, es por ahora el gurumelo de mayor tamaño que, en lo que va de
año, se ha encontrado en la aldea. Enhorabuena Andrés, no te lo comas de una “atacá”.
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